Ganzabal también quiso destacar que la industria ha vuelto a ser un generador de empleo estable y que “debemos mejorar la aportación de valor para evitar la deslocalización”. Y ahí es donde juega un papel fundamental la fábrica digital, cuyos ejes son la fabricación avanzada, el conocimiento (la información) y las personas. En esta nueva realidad en la que se hibridan el mundo físico y virtual cada persona interactuará con la información sensible al contexto: filtrada y adecuada a sus necesidades.

Según la Federación Internacional de Robótica, de aquí a 2020, el número de robots industriales en España crecerá un 15%. Estos datos ponen de manifiesto el interés de las compañías por transformar sus industrias, aunque para lograrlo deben hacer frente a una serie de desafíos, tales como: los alto niveles de customización, la transformación digital y la interconectividad y la integración de las personas en fábricas humanas, sostenibles y colaborativas.

• Una gran variedad de piezas de trabajo pueden ser transferidas y diferentes pinzas pueden ser montadas según las necesidades.
• La velocidad de todos los ejes han sido ampliados en hasta un 39%,
• El control de aceleración / desaceleración ha sido mejorado para lograr la máxima reducción de los tiempos de aceleración / deceleración en todas las posturas robot.